jueves, 16 de mayo de 2024

Cuando cruzo las calles con mi mando

Cuando cruzo las calles, lo hago con la ayuda de un mando que activa el semáforo, de manera que cuando este se pone en verde para mí, me lo indica con voz.

A veces ocurre que hay gente esperando en el cruce , y llego yo y saco el mando y le doy, y justo en ese momento coincide que el semáforo se pone en verde para cruzar!

Realmente se pone en verde de casualidad, y no es muy habitual, pero reconozco que cuando ocurre lo disfruto. Me siento la dueña de la ciudad!

Es fantástico, es como cuando un mago deja a sus espectadores fascinados con un truco.

Es un momento bonito, donde todos nos convertimos en niños.

La gente me mira como si yo tuviera el poder, unos se sonríen, otros se parten, y luego comentan a su acompañante: “Fue esa chica la que cambió el semáforo, tiene un mando que lo pone en verde”.

Y a mi me encanta que se lo crean. Me hace gracia.

Por un momento me siento Amancio!

Historias de Oscar Mayer y un ratoncito.

Historias de Oscar Mayer y un ratoncito:

No  recuerdo que edad tenía, pero pequeña, muy pequeña , entre 4, 5 y 6 años. Vivíamos en Caracas.

Mi madre llevaba días preguntándole a mi padre si se había comido él las salchichas. Mi padre le decía que no, y mi madre decía que  no entendía, que había comprado un paquete, y que ya no quedaban.

Esa escena se repitió unas cuantas veces.

Hasta que un día, descubrieron al ladrón.

A las 4 de la madrugada, mi madre sintió un ruido , se levantó de la cama, se dirigió hacia la luz que provenía de la nevera de la cocina, y ahí , estaba yo sentada en el cajón de la nevera comiéndome una salchicha cruda.

“Mira quien era la que se comía las salchichas!” – me sorprendió mi madre.

Y ahí quedaron mis antecedentes.

Con 10 años ya en España , mi madre fue a pasar la compra por la caja del “Continente”, y se encontró con un paquete de salchichas vacío.

Mi madre no lo dudó , y me pegó un grito: “Dónde están las salchichas?”.

Y yo con esa sinceridad que me caracteriza, con la cabeza agachada y carita de culpable, admití : “En mi barriga”.

Historias de la pequeña Yésica Val.

 

 

 

 

Psicología y Psicobiología.

                Voy a escribir un texto en base a palabras de la psiquiatra Marian Rojas, de la que soy muy fan, y con la que coincido totalmente.

Voy a mezclar muchos temas, pero no os preocupéis, son perlas de aquí y de allá, y estoy segura de que alguna te valdrá.

Existe el hombre/mujer de tu vida?

Pues todo depende de lo exigente que seas. Si eres poco exigente, existirán  como 20 hombres/mujeres de tu vida por vida.

Si te pones extremadamente exigente, no existirá nadie a la altura de tu solicitud.

La recomendación es tener claras tres cositas, tres principios básicos. Los que tú establezcas.

Esto sí, esto no, esto sí, esto no.

Y no pasar por lo que no te conviene, pues gustar te pueden gustar muchas personas, pero otra cosa es  si encajan contigo como para algo en serio.

Pues cuando te enamoras tu corteza prefrontal se desconecta de tu sistema límbico, y ese coctel de hormonas te va a cegar totalmente, no te va a importar que esté casado/a , , que sea aficionado/a los toros, o que  le encante entrar en peleas.

No hay droga más dura que la suma de dopamina, oxitocina, serotonina y adrenalina, y ahí es cuando estamos en el “puto aire”. Totalmente dopados. No se piensa, estamos tontos, pero qué maravillosa felicidad!

Y quizá sea por eso, que a muchos de nosotros no nos apetezca sexo con gente que no conocemos en profundidad.

Precisamente porque conocemos bien como funciona nuestra propia psicobiología.

Quién no se ha enganchado alguna vez de lo que luego ha descubierto que era un/a gilipollas?

Por eso hay que ir con la corteza prefrontal por delante y utilizar la inteligencia.

La felicidad es disfrutar de lo bueno, y saber gestionar lo que nos hace daño.

Y utilizar algo que pocos hacemos , y que Victor Kuppers nos recomienda siempre en sus fantásticas charlas de motivación, la serenidad.

Las cosas son como son, nos tocan las cartas que nos tocan, pero sólo depende de ti, como jugarlas. La actitud es la clave. Tu forma de ser. La energía que transmites.

Es más fácil caer en el derrotismo, pero tenemos que estar fuertes para encender la chispa del optimismo.

Y volviendo a Marian Rojas, que nos dice otra cosa muy interesante...

No permitas que nadie acorte  tus telómeros.

Los  telómeros son los capuchones de nuestros cromosomas y quienes determinan cuánto de larga va a ser nuestra vida.

Y esto ya lo digo yo y se nota, en lugar de decir esa expresión tan grosera de :”No me toques los huevos”, podríamos decir : “No me acortes los telómeros”.

Todos tenemos en nuestra vida a gente que nos resulta  tóxica, pero que no la podemos quitar del medio, porque  está, pues tu cuñada, tu jefe, incluso alguien que quieres mucho.

Pues depende de ti , no dejar que te acorten los telómeros.

Ejemplo:

Te dicen : “Llevas una camisa horrible”, y hay tres maneras de contestar.

La primera es decirle :”Horrible tú “.

Y te quedas tan a gusto, que esa es la mía, pero también te quedas sin amigos.

La segunda, es de entristecerte, tomártelo fatal, pero callártelo.

Otra opción que no es buena, reprimir emociones está comprobado científicamente que provoca enfermedades crónicas.

Y la tercera es pensar y decir: “No te gusta, a mi me encanta, para gustos ya sabes, colores”

Y te quedas tan ancha, con tu técnica del impermeable, en el que todo te resbala.

Espero que te haya gustado esta ensalada que te he preparado con mucho cariño, de reforzantes para nutrir tu bienestar psicológico.

 

 

 

 

 

Una divertida traducción.

                Tengo una televisión que está endemoniada. No se si tiene que ver con que me la regaló un ex  después de ponerme los cuernos.

El caso es que la tele también me salió falsa.

No se lo que pasa, el tema es que me cambia el idioma sólo.

Me la ponen en español, y se vuelve a poner en Versión Original.

Al principio, me cabreaba , ahora ya me gusta así, estoy aprendiendo idiomas.

Veo pelis en inglés, francés , sueco o lo que toque.

Qué más da, el caso es que me hace compañía.

El otro día vino un amigo a casa, y estábamos cenando, y me quería cambiar el idioma, y yo le dije que no.

Y él me decía que no se enteraba de nada. Que no le molaba ver una peli así.

Entonces ,  le dije :”Te voy traduciendo yo”.

La peli era en inglés. Y era muy gracioso. Yo entendía una palabra, y me inventaba todo lo demás.

Le iba traduciendo mi propia película, y por dentro , estaba a punto de morir de la risa.

Mantuve el tipo y conseguí no reír, toda seria, con convicción, yo iba soltando mi traducción, y el tío me miraba como si yo fuera la puta ostia.

Y yo me crecía, quería decirle que era una broma, y que me lo estaba inventando todo, , pero en lugar de eso le dije

“joder, hablan tan rápido que no me da tiempo a alcanzarlos”.

Es que lo veía tan atento de mi guion, que me venía a arriba, y seguí con el juego hasta el final.

De hecho, no me acordé de contárselo.

Tengo que decírselo.

Aunque si se lo confieso, creo que es de estas personas que me va a decir :Ya lo sabía”.

Bueno, si lee esto, ya se entera!

 

 

 

 

 

 

 

Una historia de miedo.

Noche. Sola y un ruido.

Estoy leyendo , y de repente entran en la habitación, noto la presencia, se me pone la piel de gallina y el vello se me eriza. Mi sistema simpático se pone a funcionar como loco, me sudan las manos.

Me da  un cabezazo , grito, no veo nada, y noto un sonido en la lámpara que hace :”zazazá”. Angustiante.

Salgo de la habitación donde quería dormir, a toda velocidad.

Salgo de allí , cierro la puerta y grito con ella cerrada :” Hija de puta”.

Voy al almacén y busco el arma.

El cañón mide 50 cm , lo tomo ,  abro la habitación  con el instrumento bélico, y disparo una y otra vez, mientras pienso: “Aquí va a morir alguien, ella o yo”.

Es muy fuerte que la okupa esta se salga con la suya , y yo tenga que dormir en el sofá , pero es así , la polilla voladora se apodera de mi habitación, y yo salgo con el insecticida en la mano.

No es la primera vez que me pasa, miro en internet y lo tengo, me diagnostico, tengo entomofobia.

Las fobias son miedos desproporcionados a peligros insignificantes, pero no lo puedo controlar. Me cago. Y esto me traslada a 20 años atrás.

La primera vez que alguien me echó de mi lugar , fue en Ferrol, yo compartía piso con mi novio, y aunque  suene mal , fue así, estaba en el baño, cagando. Así de claro.

Y cuando voy a coger el papel para limpiarme , en el blanco  embellecedor del portarrollos  había un pedazo de bicho enorme, , negro, con tenazas y patas. Monstruoso.

Salí corriendo de allí, con las bragas en las rodillas,  con el culo cagado ...

Afortunadamente ya existían móviles, esos primeros Nokia, que sólo servían para comunicarse:

“Vente por favor, hay un bicho en el baño , es enorme , tienes que matarlo”.

Viene partiéndose el culo, no hay amores como los de los 20 años, que dan la vida por ti, él militar, que nada le daba miedo, salvo perderme.

No recuerdo que estaba haciendo él, pero ni la poli ni la ambulancia te tarda tan poco. En cinco minutos ya estaba conmigo.

No os preocupéis.  Yo ya tenía el culo limpio, que por suerte existen los clínex, Y AUNQUE NO LO TUVIERA, ÉL ME QUERÍA IGUAL.

Entró en el baño , y cuando salió me dijo : “Joder, no me extraña que salieras cagada, era un escarabajo ciervo, pero nunca vi uno tan grande!”.

 

 

 

 

 

domingo, 28 de abril de 2024

Dedicado a los mejores amigos

                A esos amigos que siempre están ahí, en las buenas y en las malas, cuando estás contento y cuando estás triste, cuando hace sol y cuando llueve, que te acompañan en el café, en la cama, en un parque, en la playa , en el médico o en el tren.

Esos amigos que tú eliges porque son lo mejor.

Esos amigos incondicionales.

Esos amigos que siempre están ahí, y nunca te fallan.

Esos amigos con los que te pasa el tiempo volando, y con los que repetirías.

Esos amigos con los que aprendes.

Esos amigos con los que te entretienes.

Esos amigos que te aconsejan.

Gracias a todos ellos por su generosidad, y por hacerme la vida más agradable.

Gracias a todos mis amigos, los libros!!!

 

 

 

 

 

martes, 23 de abril de 2024

Una historia triste contada por una chica alegre.

                Hoy tenía una gran necesidad de escribir.

Será que el Día del Libro, me inspira.

Si no te gusta leer, pasa de esto, porque es largo.

Voy a escribir este relato autobiográfico, por si pudiera  salvar a alguien, que lo dudo, porque el ser humano es el único animal que le gusta experimentar por sí mismo cuanto de dura es la piedra.

Hace algunos años comencé una relación con una persona que parecía hecha por encargo para mí.

Congeniábamos a la perfección, en todo, y en la cama más.

Todo iba bien, hasta que un día se le fue la olla montándome un espectáculo de celos.

Me dije: “Un día malo lo tiene cualquiera”.

Pero a partir de ahí, vinieron muchos días malos.

Al principio, se celaba de mi ex. Lo entendí, y rompí nuestra amistad.

Luego también le molestaba que hablara con un amigo mío. También me aparté de él.

Luego la tomó con un compañero mío del club de lectura.

Después le entró fijación con un chico que venía siempre a mis monólogos.

Luego con un amigo mío de toda la vida.

Si es que se enfadaba hasta con los “me gustas” y los comentarios que me ponían en las redes sociales.

Una cosa patológica.

Me apartó de todos mis amigos portadores del cromosoma XY.

Después me iba apartando de cosas que me hacían feliz, como hacer biodanza, colaborar con un proyecto de teatro – danza   que se iba a grabar en la Ribeira Sacra, irme de gira con el grupo de teatro, ir de cena con los compañeros de las galas de monólogos, y un sinfín  de cosas más.

Me llamaba al día como 20 veces, y al principio creí que eran llamadas  de amor, luego me di cuenta de que eran llamadas de control.

Así que cuando estaba hasta la coronilla,  tiraba de humor, y cuando me llamaba le contestaba cosas como “Joder, tío, así no hay quien folle!””.

Me agobiaba, me asfixiaba.

Pasé de tener un novio a tener un puto policía.

Y diréis , tú Yésica , con ese carácter tan fuerte que tienes , cómo lo consentiste ¿

No lo consentía, me pasaba la vida reivindicando mis derechos, recordándole que yo no era de su propiedad, que yo no estaba haciendo nada malo, que yo hacía lo que me daba la gana, que yo era libre, y que a mi él no me tenía que controlar.

Y que si desconfiaba de mí, o no estaba contento con la relación, que lo dejáramos, pero que yo no aguantaba más.

Se disculpaba , reconocía su problema con los celos, y a la semana siguiente, me montaba otro cristo más.

Cuando tu relación se adereza de gritos, estás en zona tóxica. Sal de ahí.

Yo cada vez me encontraba más cansada, y sin fuerzas para discutir, por lo que por ahorrarme un follón, iba entrando por el aro de lo que él quería que hiciese, y de ese modo, poquito a poquito me iba anulando.

Sin embargo, poquito a poquito yo también me iba desenamorando.

Aún hoy me pregunto como aguanté eso cuatro años.

A veces tenemos tanta necesidad de que nos amen, que nos vendemos por muy poco.

No merece la pena recibir cuatro palos a cambio de una caricia.

Hoy tengo claro que la dignidad  y el respeto hacia uno mismo es lo primordial para no perder la perspectiva  de lo que está pasando en tu relación.

Hay tres frases que a mi me hicieron  eco en esta situación:

La primera, la de mi madre, que me dijo : “Cuando se sobrepasan las barreras del respeto, ya no hay nada que hacer”.

La segunda, la de la psicóloga : “El amor no es suficiente para continuar con una relación que no funciona”.

Y la tercera, fue la de un amigo que me dijo : “Acaba con eso, o acabará contigo. Ese tipo de personas, convierten a las personas alegres en tristes”.

Todas estas palabras desordenaron mi conformismo.

 

Escribo todo esto, porque a veces la vida te pone en el otro lado.

Y a veces eres tú, la que te tienes que apartar de un amigo, para que no tenga problemas con su pareja.

Lo que no saben ellos, es que los celos son como los piojos. Tú te cargas uno, pero salen otros, porque cuando yo no esté, será Cristina, y el mes que viene Ana o Rosa.

Y luego, le molestará que vayas al futbol, y luego a tomar café con los del trabajo, y habrá una bronca porque una tía te puso en tu foto un stiker con un corazón, y esto es lo que habrá.

Jorge Bucay compara los celos  con un hongo de la india, que en pequeñas dosis es delicioso  en las comidas, sin embargo, si echas de más, te puede intoxicar, y si te pasas totalmente, te puede hasta matar.

Las relaciones saludables  se construyen sobre la base de la libertad.

El verdadero amor no te ata ni te encierra.

El auténtico amor permite ser quién eres.

(Yésica Val)